viernes, 16 de diciembre de 2016

Nuevos descubrimientos sobre la evolución humana


Tres nuevos fósiles, tres nuevos candidatos a eslabones perdidos, adornan la cadena evolutiva que conduce al ser humano. La coincidencia en poco menos de dos meses de sus respectivos descubrimientos se une a otra serie de noticias sobre la evolución humana que se han producido a lo largo de este año, bicentenario del nacimiento del naturalista inglés Charles Darwin. 150 años después de la publicación de su teoría de la evolución, que bajó al ser humano del pedestal al que él mismo se había subido y lo colocó en su justo lugar entre los demás primates, los científicos siguen perfilando los detalles de la historia familiar de la humanidad.
El 18 de mayo se presentó Darwinius masillae, el primate fósil más completo y mejor conservado obtenido hasta la fecha. Sus descubridores vendieron el hallazgo de Ida, como bautizaron al ejemplar, como "el descubrimiento científico más importante de los últimos tiempos" ya que afirmaban que este fósil de 47 millones de años de antigüedad se trataría del "eslabón perdido entre todos los primates y el resto de los mamíferos".
Para Salvador Moyà-Solà, director del Instituto Catalán de Paleontología, la nueva especie es "claramente" un adapiforme, una rama del árbol evolutivo de los lémures, pero "no aporta nada al conocimiento sobre el origen de los monos y antropoides, mucho menos del hombre". Y añade: "El mensaje lanzado a la prensa y la importancia del hallazgo no tienen nada que ver".
Poco más de un mes más tarde, pero sin tanta fanfarria mediática, se publicó el descubrimiento de Ganlea megacanina, un primate de hace 38 millones de años encontrado en Myanmar, candidato a antecesor común a todos los simios, incluido el hombre. "Este sí que es muy importante, porque podría aclarar el debate científico sobre el origen geográfico del grupo", explica Moyà-Solà. Tradicionalmente se ha considerado África como el continente en el que aparecerían los primates antepasados de todos los monos y antropoides modernos. La aparición de Ganlea en Asia podría forzar una reinterpretación de esta teoría, "si se confirma su posición en la base del árbol evolutivo".
El lugar de origen de los simios no es el único que ha sido cuestionado recientemente. En junio de este año, el grupo encabezado por Salvador Moyà-Solà hizo público el descubrimiento de Lluc, un primate que vivió hace unos 12 millones de años en la península Ibérica que sería una forma intermedia entre los extintos afropitecinos y los actuales grandes simios (orangutanes, gorilas, chimpancés y humanos). Anoiapithecus brevirostris se une así a Pierolapithecus catalaunicus, también descubierto en el mismo yacimiento por el grupo de Moyà-Solà. Ambos fósiles apuntan al origen euroasiático de los grandes simios, que se pensaba que había tenido lugar en África, desde donde habrían migrado a Asia los antecesores de los orangutanes.
Un reciente estudio concluye que los antepasados humanos no caminaban por el suelo apoyándose en los nudillos, como sí lo hacen chimpancés y gorilas. Los grandes simios más emparentados con el hombre desarrollaron esta adaptación de manera independiente, según afirman los autores del estudio.
Tampoco se balanceaban por las ramas de los árboles de la selva, como hacen los orangutanes. "Los antepasados de los grandes simios hacían una vida repartida entre el suelo y los árboles", señala Moyà-Solà. Mientras que los antepasados de los orangutanes se adaptaron a llevar una vida más arbórea, los antepasados de gorilas, chimpancés y humanos se adaptaron al desplazamiento sobre el suelo, pero cada uno de un modo diferente. Cuando el ancestro de los humanos actuales dejó los árboles definitivamente, ya lo hacía caminando sólo sobre las extremidades posteriores.
Esto confirma algo que ya había sido apuntado por los descubridores de los fósiles de los homininos más antiguos, rompiendo definitivamente uno de los iconos populares sobre la evolución humana más extendidos.

Si el origen africano de los grandes simios se ha puesto en cuestión por el hallazgo de nuevos fósiles, la reinterpretación de viejos conceptos también cuestiona el papel de África como cuna del género humano.
José María Bermúdez de Castro, co-director de Atapuerca, recuerda que "tan sólo las especies son entidades naturales, todas las agrupaciones superiores son construcciones artificiales". Los criterios para incluir una especie dentro de un género u otro varían "según los autores y las modas: del mismo modo que hay científicos que proponen incluir a los chimpancés dentro del género Homo, hay argumentos muy válidos para excluir al Homo habilis".
María Martinón-Torres es partidaria de esto último. Esta paleontóloga es autora de un reciente estudio sobre Homo georgicus, la especie de hominino más primitiva encontrada fuera de África, en el yacimiento de Dmanisi (Georgia). "El desarrollo de los habilis es muy similar al de los australopitecos, y el uso de herramientas no es un argumento válido porque otras especies más primitivas ya las fabricaban", explica Martinón-Torres. Para ella, el origen africano del género Homo se basa en una falacia. "La preponderancia del continente africano se debe a que en Asia no se ha excavado ni el 25% que en África; hace 2,4 millones de años (antigüedad de los restos de habilis) no había ninguna barrera entre los dos continentes, ni geológica ni ecológica, que impidiese la migración de una especie de australopiteco fuera de África".
Según esta investigadora, el género Homo surgiría con georgicus en Asia, desde donde se produciría la colonización de África con ergaster y de China e Indonesia con erectus. Sin embargo, una de las piezas clave en esta teoría era el fósil de Longgupo, datado en dos millones de años. En principio descrito como erectus, su descubridor se retractó en junio y ahora lo asigna a un nuevo tipo de simio no hominino.
La colonización de Europa la realizaría antecessor, especie de la que se ha encontrado este pasado mes de julio en Atapuerca un nuevo fósil de hace 1,3 millones de años que presenta muestras de canibalismo. Los antecessor representan un estado intermedio entre los ergaster africanos y los más recientes heidelbergensis europeos, antepasados de los neandertales. La especie humana actual surgió en África, desde donde se extendió a todo el planeta, desplazando a los neandertales y los hobbits de la isla de Flores.
Los diminutos hobbits de Flores podrán haberle arrebatado a los neandertales el dudoso privilegio de ser los últimos miembros de la familia humana en extinguirse, pero la mera supervivencia no les hace evolutivamente más cercanos al hombre actual. El pariente (extinto) más próximo al sapiens moderno sigue siendo el hombre de Neandertal, del que se ha logrado secuenciar este año el 63% de su genoma.
"Las primeras descripciones de los neandertales los retrataban como primitivos hombres de las cavernas antecesores de los humanos modernos", comenta Carles Lalueza Fox, experto en genética neandertal del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-Universidad Pompeu Fabra) que participó en proyecto. "Hoy, sin embargo, su ADN nos revela una imagen más moderna y parecida a la de los sapiens, a la vez que descartan una posible hibridación entre ambas especies", concluye.
Este año también se han publicado varios estudios de los fósiles encontrados en 2003 en la isla de Flores. En enero un nuevo análisis de la morfología del cráneo corroboró las conclusiones de otros estudios similares anteriores, descartando que los ejemplares se tratasen de sapiens enfermos. Y en mayo, el análisis de los pies de estos hobbits confirmó definitivamente que pertenecen a una especie distinta al ser humano actual.
Su origen, en cambio, sigue siendo un enigma. Su reducida capacidad craneana es similar a la de los australopitecos, y un análisis publicado el pasado mes de julio indica que elHomo floresiensis pudo haberse originado, no ya de un erectus, sino de un habilis. Dos millones de años de evolución separan los restos fósiles de ambas especies, un hueco que sólo podrá ser rellenado con futuros hallazgos.

Evolución del hombre


Los primeros seres capaces de mantenerse erguidos y de caminar con los dos pies surgieron hace 4,5 millones de años y se extinguieron hace dos millones de años, estos son los homínidos y se disinguen varias clases de hellos pero todos tienen unos rasgos comunes, ya que todos son capaces de caminar de forma erguida, tienen un cerebro relativamente grande y un de do pulgar muy desarrollado que les permite manipular objetos. Sin embargo, los antepasados del hombre no comienzan ahí, sino que comienzan con los primeros primates, que surgieron hace un total de 70 millones de años, posteriormente el Toumaï que tiene entre seis y siete millones de años y se trata del último ancestro común entre el chimpancé y el género Homo, lo que significa, que las diferencias entre los seres humanos y los chimpancés comenzaron hace 7 millones de años. Posteriormente aparecen los homínidos y los homínidos no humanos, en los cuales se diferencia entre: Ardipithecus, Australopithecus y Paranthropus. Los Australopithecos, es uno de los géneros más importantes ya que son los primeros homínidos bípedos por completos, éstos prosperaron en la sabana del Oeste de África hace aproximadamente 4 millones de años y desaparecieron a causa de una crisis climática hace 2,8 millones de años. Posteriormente aparecieron los Homínidos Humanos. Donde el más destacable es el Homo Herectus, fue el primero capaz de manejar el fuego.






Sin embargo, para que toda esta evolución sea posible, se debieron de producir una serie de cambios tanto morfológicos como fisiológicos, conocidos como hominización:

La marcha bípeda: Para que esta forma de locomoción se produjera, fueron necesarios una serie de cambios físicos en los ‘’hombres’’ de la época, tales como una columna vertebral con cuatro curvaturas que permite que el centro de gravedad del cuerpo describa al andar casi una recta, una pelvis ancha, una rodilla que puede doblarse en un solo sentido, un hueso del talón alargado y un pulgar del pie largo y alineado con el resto de los dedos de los pies. Gracias a la marcha bípeda, se consiguieron liberar las manos para poder manipular instrumentos. Facilita la respiración. Aumenta el consumo de oxígeno, favoreciendo la expansión pulmonar. Además supone menos energía y al liberar las extremidades superiores, se desarrolla el cerebro.

La cara y los dientes: Se dio una disminución del tamaño del cráneo y de los dientes, además de la aparición del mentón y de la nariz.



Tamaño del cerebro: El volumen del cerebro del Australopithecus era de 400 centímetros cúbicos, y el volumen actual humano es de 1500 centímetros cúbicos. Esto permitió la evolución cultural y técnica en el hombre.



La adquisición del lenguaje articulado: El desarrollo del lenguaje, permitió la transmisión de información de manera instantánea.

Las especies más relevantes e importantes son: Australopithecus, Paranthropus y Homo

Los australopithecus aparecieron hace 4,2 millones de años y desaparecieron hace 1 millón de años y se han encontrado principalmente en África, hubo un total de 7 especies divididas en dos grupos: Los de formas gráciles y de formas delgadas. Todas las especies eran bípedas, tenían un cerebro que oscilaba entre 430 y 500 centímetros cúbicos y su altura se encontraba entre 1m y 1,25m para las especies gráciles y 1,5m en las robustas. Sus mandíbulas eran poderosas y sus molares fuertes y generalmente se alimentaban de productos vegetales duros.

Los paranthropus aparecieron hace 2,6 millones de años y desparecieron hace aproximadamente 1,5 millones de años, presentan un potente aparato masticador lo que sugiere que se alimentaban de cereales duros, tienen cráneos muy pequeños, pero a medido que evolucionaban, sus cráneos crecían paulatinamente, su dentadura, había disminuído también.


La especie Homo tiene una antigüedad de 1,8 millones de años y aparecen cuatro especies muy importantes:


El Homo Habilis que fabricaron las primeras herramientas de piedra y el tamaño de su cráneo aumentó en 400 centímetros cúbicos respecto al Paranthropus, habitaban cuevas y recolectaban semillas pero se alimentaban generalmente de carne.

El Homo Herectus, tienen una antigüedad de 1 millón de años y fueron los primeros viajeros intercontinentales, además, lo más importante del Homo Herectus es que fueron los primeros en manejar el fuego.

Homo Sapiens Neanderthalis: Aparecieron hace 300000 años, tenían un cerebro mayor y de diferente forma al del Homo Herectus, eran muy bajos pero poseían una musculatura extremadamente fuerte. Su laringe era mas corta que la nuestra por lo que hacían sonidos distintos, pero según fuentes eran capaces de pronunciar tres vocales. Su desaparición fue brusca hace 35000 años. Creemos que su desaparición se debe a la aparición del Homo Sapiens Sapiens. Al encontrarse con esta entrada espectacular de la población humana moderna, la capacidad de los grupos de neandertales locales de competir por los asentamientos, suministro de alimentos de origen animal (principalmente renos, caballos, bisontes y ciervos) y recursos de supervivencia para afrontar los inviernos glaciales fue socavada masivamente. Además, casi inevitablemente, tuvieron lugar repetidos conflictos entre las dos poblaciones por la ocupación de los lugares más atractivos y más ricos en alimentos; el grupo humano mayor en número y mejor coordinado tenía garantizado el éxito frente a los grupos de neandertales.
Homo Sapiens Sapiens: Tienen una antigüedad de 150000 años, su cráneo tenía una capacidad de 1450 cc. Pertenecieron a esta especie los hombre de Cromagnon, le dieron nuevos usos al cerebro ya que elaboraron y mejoraron muchos instrumentos  y armas. Además comenzaron a realizar arte rupestre en las cuevas.




jueves, 15 de diciembre de 2016

Cráneo sugiere que Homo sapiens pudo encontrarse con Neandertal

Descubren en Israel parte de un cráneo que data de hace 55 mil años. Este hallazgo sugiere que los primeros Homo Sapiens que pasaron por aquella zona cohabitaron durante esa época con los Neandertales, inclusive pudieron haberse encontrado, indica estudio publicado en la revista "Nature.
Los antropólogos Israel Hershkovitz, Omry Barzilai y Ofer Marder, pertenecientes a diferentes universidades e instituciones israelíes, hicieron un estudio del cráneo incompleto, descubierto en la cueva Manot en Galilea Occidental (Israel).
Por las características y la forma de la calavera, los investigadores consideran que los humanos que habitaron en esa cueva podrían estar relacionados con los que años más tarde colonizaron Europa.
En el estudio, los investigadores también revelaron que el fósil ofrece evidencias de que el Homo Sapiens y el Neandertalhabitaron de manera coetánea entre el Paleolítico medio y el Paleolítico superior en el sur de Oriente Medio, un período en el que se cree que se cruzaron ambos grupos de homínidos.
La escasez de fósiles de homínidos (antepasados primates del hombre) que habitaron en ese período hace que sea difícil establecer la secuencia migratoria de los que se consideran los primeros humanos, algo sobre lo que esta investigación pretende verter luz.
Respecto a si el cráneo analizado podría corresponder a un híbrido entre el Homo Sapiens y el Neanderthal, Hershkovitz señaló que es "una posibilidad" difícil de ratificar, debido a que hay pocas posibilidades de que el fósil conserve el ADN debido a las condiciones climáticas de la zona donde se ha encontrado.

Hallan el fósil más antiguo del género "Homo"

Una mandíbula con dientes de 2,8 millones de años, hallada en Etiopía, es el Fósil más antiguo del género "Homo" encontrado hasta ahora. Asimismo, el hallazgo retrocede 400.000 años el reloj de nuestra especie, según indica la revista Science.
Este descubrimiento, anunciado este miércoles en le edición digital de la revista, arroja luz sobre el origen del género "Homo", al que pertenece la especie humana.
"La época de la que data la mandíbula inferior reduce la brecha en la evolución entre el Australopiteco, la célebre Lucy que data de hace 3,2 millones de años, y las primeras especies del tipo "Homo" como el erectus o el habilis", explican los paleontólogos en el estudio.
"Este fósil es un excelente ejemplo de una transición de especies en un período clave de la evolución humana", agregan. 
La mandíbula fue hallada en el 2013 en una zona de rastreo llamada Ledi-Geraru en la región Afar en Etiopía por un equipo internacional de investigadores, encabezado por Kaye Reed, de la Universidad de Arizona (EE.UU.), y Brian Villmoare, de la Universidad de Nevada (EE.UU.).
Hace décadas, los científicos buscan fósiles en África para encontrar indicios de los orígenes de la línea "Homo" aunque con éxito limitado ya que descubrieron muy pocos fósiles del período que va de hace tres millones a los 2,5 millones de años.
"Los fósiles de la línea "Homo" de más de dos millones de años son muy raros y el hecho de tener un esclarecimiento sobre las primeras fases de la evolución de nuestra línea es particularmente emocionante", señala Brian Villmoare, autor principal del artículo. 
Sin embargo, los investigadores señalan que no están en condiciones de decir con esta sola mandíbula si se trata o no de una nueva subespecie dentro del tipo "Homo".

¿Se derrumba la principal teoría sobre el origen del hombre en América?

Científicos de universidades de Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Dinamarca acaban de publicar una investigación en la revista 'Nature', que propone que el ser humano no pudo haber llegado al continente americano atravesando el estrecho de Bering, conocido como el puente de Beringia, cuando el hielo unificó Asia y América.
Después de analizar cuidadosamente restos fósiles de la región, los investigadores llegaron a la conclusión de que ninguno posee más de 12.600 de años.
De esa manera, se puede suponer que la existencia de vida de cualquier tipo habría sido imposible en esa época, y consecuentemente, ningún ser humano habría podido cruzar el helado puente en tales condiciones desfavorables.
De acuerdo a la teoría científica más difundida, el hombre habría llegado al continente americano hace unos 15.000 años a través del estrecho de Bering proveniente de Siberia. 
Desde aquel tiempo, el ser humano habría avanzado poco a poco hasta llegar al sur, poblando todo el territorio a medida que avanzaba.
No obstante, lo que más asombra de este hallazgo es el hecho de que en Sudamérica se han encontrado restos humanos de aproximadamente 14.700 años. La hipótesis oficial indica que para haber alcanzado las tierras australes fue necesario pasar por dicho estrecho desde Asia.
Pero la pregunta es ¿cómo llevaron a cabo tal ambiciosa empresa cuando no había nada de qué alimentarse? Incluso si las tribus nómades provenientes de Asia hubieran pretendido hacerlo, habrían muerto en el intento.

Noticia extraída de RT noticias

'Homo naledi': una nueva especie humana descubierta en Sudáfrica

"Se trata de una gran sorpresa", ha asegurado a este diario Antonio Rosas, profesor de investigación del Departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). "Es un hallazgo importante en el estudio de la evolución humana", ha añadido.
La nueva especie, cuyo descubrimiento se ha publicado en la revista científica de acceso libreeLife, contiene una mezcla de rasgos del linaje de los Homo, como su tamaño corporal y su estatura, junto con otros similares a los Australopithecus, de los que se cree que descendemos los humanos modernos, como el tamaño de su cerebro. De hecho, ya que el hallazgo ha sido realizado por el explorador residente de National Geographic Lee Berger, la nueva especie se ha convertido en la portada de la conocida revista.
"Es una mezcla de caracteres muy singular. Algo que no habíamos visto antes", ha comentado Rosas del hallazgo.
Precisamente esa mezcla ha llevado a los investigadores a pensar que pertenece a un momento de la evolución humana muy cercano a la separación entre australopitecus y los homínidos del género Homo, hace entre 2,5 y 2,8 millones de años, según han asegurado en una rueda de prensa celebrada en Londres. Sin embargo, el trabajo no ha incluido la datación o al estimación de la edad de los restos debido a que no hay elementos en el yacimientos que permitan su datación directa. Para algunos de sus colegas, ahí han descuidado los resultados ya que podrían haber ensayado alguna metodología de datación indirecta al menos para acotar un rango de edad.
Después de una serie de campañas de excavación llevadas a cabo desde el año 2013, cuando se produjo el primer contacto con el yacimiento, el equipo de paleontólogos de la Universidad sudafricana de Witwatersrand dirigido por Lee Berger ha logrado obtener más de 1.500 huesos y fragmentos pertenecientes a 15 individuos en total. Todos ellos fueron encontrados en la misma cámara de la cueva y aislados de cualquier otro tipo de huesos de otros animales, lo que ha llevado a pensar a los autores que pudo tratarse de un lugar de enterramiento deliberado. La formación del yacimiento recuerda a ejemplos cercanos como la sima de los Huesos de Atapuerca o la cueva asturiana de El Sidrón.

Así murió ‘Lucy’, la australopiteca


Un grupo de investigadores realiza un análisis de los huesos del fósil y concluye que falleció al caer de un árbol desde una altura de más de diez metros 
 
Lucy no lo sabía, pero hace 3,2 millones de años, en su mundo y en su cuerpo se estaba produciendo una revolución. La representante más famosa de su especie, Australopithecus afarensis, ya caminaba erguida, elevando la mirada para otear la sabana que empezaba a ganar terreno. En lo que hoy es la región de Afar, en Etiopía, los cambios medioambientales habían hecho retroceder los bosques tropicales en los que habían habitado sus ancestros y las necesidades de supervivencia estaban cambiando. La nueva forma de locomoción de aquel homínido, de algo más de un metro de alto y con un cerebro poco mayor que el de un chimpancé, dejó libres sus manos que, probablemente, ya utilizaba para agarrar herramientas.
Esas habilidades llevarían a los descendientes de la pequeña Lucy a conquistar el mundo, pero ella tuvo que pagar el precio de los pioneros. Un completo análisis de sus huesos, que se publica en la revista Natureesta semana, sugiere que se mató al caerse de un árbol. Después de someter a tomografía computerizada el fósil, completo en un 40%, estudiaron los lugares y las formas de fractura de los huesos, tratando de determinar si se partieron justo antes de la muerte o si lo hicieron durante los millones de años que pasaron hasta que Donald Johanson los encontró el 24 de Noviembre de 1971. 
 El equipo de científicos, liderado por el paleoantropólogo de la Universidad de Texas en Austin (EE. UU.) John Kappelman, estima que Lucy cayó de pie e incluso se aventura a afirmar que estiró los brazos en un intento desesperado por frenar su caída. Stephen Pearce, un cirujano ortopédico de la Clínica Austin de Huesos y Articulaciones, confirmó que la fractura del húmero de Lucy era consistente con las que se observan en caídas similares en las que las víctimas aún conscientes tratan de frenar el impacto.
El artículo también aporta información sobre el modo de vida de los australopitecos. Los restos fósiles de estos ancestros humanos muestran que ya caminaban erguidos, pero se sigue discutiendo si continuaban pasando parte de su vida en los árboles. El análisis de Kappelman y sus colegas calcula que cuando se estrelló contra el suelo, Lucy viajaba a unos 60 kilómetros por hora. Para alcanzar esa velocidad debió de caer desde una altura de más de diez metros, algo que lleva a los científicos a especular con la probabilidad de que subiese a los árboles en busca de comida o para refugiarse durante la noche. Este tipo de uso de los árboles sería parecido al de los chimpancés, que se duermen a alturas de entre 7 y 23 metros, fuera del alcance de sus depredadores.